EL Shaman y la Cosmología Indígena
1. Introducción
Las
cosmologías indígenas han sido uno de los temas más atractivos y a su
vez menos comprendidos para el hombre occidental. Existen diversas
interpretaciones que han tratado de ver en ellas “una mentalidad
primitiva”, “un pensamiento prelógico”, en el que todo se confunde. Para
algunos autores es un pensamiento dominado por el animismo, para otros
por las emociones. Se ha querido ver en su forma de ver el mundo y
mitos, en ocasiones una ciencia errada, en otras un mundo poético y para
algunos psicólogos una mentalidad infantil: la infancia de la
humanidad.
Contra
todas estas opiniones no ha estado libre la misma ciencia antropológica,
faltando a la neutralidad científica y aun hoy día perduran muchos
prejuicios. Ni siquiera autores como Claude levy Strauss o mucho antes
Bronislaw Malinowski, que basados en su experiencia directa de campo
tienen una actitud muy positiva para con los pueblos indígenas y que
resaltan el valor cognitivo de
las cosmologías indígenas no han podido evitar el prejuicio de creer en una “mentalidad primitiva”, a pesar de que a su vez están empeñados en demostrar, y con éxito, que todas las funciones identificadas en el pensamiento indígena – como por ejemplo el uso de imágenes o metáforas – son universales y características del pensamiento humano en general.
las cosmologías indígenas no han podido evitar el prejuicio de creer en una “mentalidad primitiva”, a pesar de que a su vez están empeñados en demostrar, y con éxito, que todas las funciones identificadas en el pensamiento indígena – como por ejemplo el uso de imágenes o metáforas – son universales y características del pensamiento humano en general.
Debemos
recordar que la antropología nace como ciencia en el Siglo XIX, época
de la colonización de estos pueblos y que lamentablemente no pudo
escapar el racismo disfrazado de teoría científica la antropología así
debe pasar una revisión crítica.
En
ocasiones se ha buscado también una correlación estrecha entre distintas
formaciones sociales y distintos tipos de cosmología o una correlación
entre la forma de organizar la economía y la cosmología. El éxito es
parcial: existen instituciones como el shamanismo, con un sistema de
conocimiento propio, que sobrevive por muchos siglos o milenios el tipo
de sociedad con el que surgió y que se encuentra inclusive en estados
incipientes como el incaico, aunque con un rol social probablemente
distinto y encajado en una estructura social diferente.
La
introducción universal del tema ecológico ha contribuido a una mejor
comprensión de muchas creencias y rituales de los pueblos indígenas.
Solo a la luz de su función ecológica han cobrado sentido. Ello ha
llevado a una discusión acerca de una perspectiva externa: una función
ecológica que interpreta, pero que no necesariamente corresponde a la
justificación cultural (o la ausencia de una justificación) contra una
probable perspectiva ecológica interna.
2. La Institución del Shamanismo
El
shamanismo como institución no abarca solo al shamán o curandero, sino a
toda la comunidad de creyentes y practicantes, incluyendo al paciente.
Está sujeto a una amplísima variación cultural, con sistemas simbólicos
muy distintos, ritos de iniciación y características sociales
divergentes. Pero a pesar de ello mantiene cierta unidad que nos permite
decir que obedece a una misma lógica. En lo siguiente nos
concentraremos en los pueblos indígenas amazónicos.
3. Fundamentación del sistema de conocimiento: estrategias de supervivencia
Para
llegar a comprender la cosmología indígena amazónica introduciré el
concepto de “estrategia de supervivencia”. No entiendo por supervivencia
aquí, el disponer de los medios económicos mínimos para sobrevivir.
Entiendo por “estrategia de supervivencia” la forma como están
establecidas las relaciones globales sociedad / medio ambiente, por las
cuales un grupo social trata de asegurar su existencia en el futuro.
Existen dos opciones diametralmente opuestas y muchos puntos
intermedios. De un lado tenemos a los pueblos cazadores y recolectores y
de otro lado la sociedad moderna.
Los
pueblos de cazadores y recolectores tratan de mantener su impacto
ambiental en un mínimo y no transforman significativamente el medio en
que viven. En el otro extremo, la sociedad moderna crea espacios
artificiales, tales como tierras de cultivo y ciudades y finalmente
parece querer transformar la biosfera en tecnósfera, es decir, quiere
llegar a una artificialización total y a un control de todos los
fenómenos naturales. Obviamente ambas opciones conducen a sistemas de
conocimiento muy distintos. En las sociedades de cazadores y
recolectores encontramos el shamanismo, como institución rectora y en la
sociedad moderna a la ciencia y la tecnología.
Las
sociedades amazónicas – o la mayoría da ellas – se encuentran en un
punto intermedio: si crean espacios artificiales, áreas para vivienda y
áreas de cultivo interconectadas por caminos, pero garantizan la
reconversión de estas áreas a los sistemas ecológicos originales,
tomando para ello muchas precauciones. En las sociedades andinas
encontramos otro modelo. Aquí se crean espacios artificiales como las
chacras y terrazas (andenes) con sistemas de irrigación que tratan de
mantenerlos indefinidamente.
Salta a
la luz que la estrategia de supervivencia de los pueblos cazadores y
recolectores, por su impacto mínimo es la de menor riesgo ecológico,
mientras que la sociedad moderna asume un riesgo enorme, sabiendo que la
ciencia esta aún lejos de conocer y la tecnología de controlar todos
los fenómenos naturales. Las otras opciones ocupan lugares intermedios.
La amazónica tiene
menor riesgo que la andina, que obviamente, debido en parte al proceso de conquista no pudo mantener sino parte de sus Áreas de cultivo con la consecuente erosión y desertificación.
menor riesgo que la andina, que obviamente, debido en parte al proceso de conquista no pudo mantener sino parte de sus Áreas de cultivo con la consecuente erosión y desertificación.
Lo
importante es resaltar que si los sistemas de conocimiento responden a
estrategias de supervivencia diferentes, a distintos encargos sociales
con objetivos muy distintos, que difícilmente pueden ser
comparados directamente y sin tomar esto en
consideración. Por eso opiniones como que la magia es una ciencia
errada son insostenibles y carecen de sentido.
A
diferencia de la ciencia, cuyo objetivo es formular modelos de la
realidad (lo que la ciencia acepta como “realidad”) para poder
dominarla, el propósito de la institución del shamanismo es llegar a
regular los intercambios energéticos entre la sociedad y su medio
ambiente, de modo que se establezca una relación armónica. Ello quiere
decir que tiene que controlar una serie de “tomas” y “escape” de
energía, en un ciclo de intercambios.
Para
mantener la energía circulando no solo tiene que actuar sobre el medio
ambiente, previniendo un abuso de los recursos disponibles, sino también
sobre la misma sociedad humana estableciendo, por ejemplo, sistemas de
migración o de control poblacional. Pero también una cosmología, los
mitos y creencias y complejos sistemas simbólicos que instauran un
sistema autoregulativo, como veremos mas adelante.
4. Shamanismo y sistema de adaptación humano
Es
oportuno también recalcar que la institución del shamanismo ha regido el
destino de la humanidad por muchos milenios y su origen se pierde con
el mismo de la especie. En las sociedades amazónicas
encontramos al shamanismo adaptado a sociedades neolíticas, que conocen
la agricultura y la practican, sin que aparentemente haya variaciones
muy sustanciales. Difícilmente puede sustentarse, por lo tanto, que el
conocimiento de los pueblos indígenas esté vacío de contenido, si ha
garantizado la supervivencia de la especie por tantos milenios.
Pero
debemos de reconocer que todavía sabemos muy poco y que son pocas
personas occidentales las que han logrado compenetrarse en profundidad
con sistemas de pensamiento que nos resultan profundamente ajenos y
a los cuales solemos acercarnos con muchos prejuicios y proyectando
nuestra propia idea de un “hombre primitivo” que poco o nada tiene que
ver quizá con la realidad de los pueblos indígenas, pero si mucho que
ver con las justificaciones que necesita nuestra sociedad para poder
colonizar y apropiarnos de los recursos naturales que contienen sus
territorios étnicos tradicionales.