AMARRES
MALINA
AMARRES
ANNINGAN
Para los inuit de
Groenlandia, una diosa, Malina, es la representante del Sol y su
hermano, Anningan, es el Dios de la Luna. De algún modo, se aproxima a
la mitología de los aborígenes australianos donde la luna era identificada con
una figura masculina, mientras que el sol era considerado una figura femenina,
justo al revés que en la cultura clásica. Igual que sucede con los pueblos
nativos australianos, esto puede deberse a la importancia que los inuit otorgan
a la figura femenina, sin la cual no era posible la vida. Del mismo modo, la
vida en la Tierra no es posible sin el sol, con lo cual pudo establecerse una
relación entre la feminidad y el astro rey, a lo que debemos sumar la
trascendencia que puede tener el Sol en la zona circumpolar, donde se da una
estación de noche-invierno que llega a durar cinco meses.
Según cuenta la
leyenda, Malina y Anningan solían vivir y jugar juntos desde
niños. Pero una vez adultos, las cosas cambiaron. Una noche, mientras jugaban en
la oscuridad, tal y como solían hacer de pequeños, Anningan violó a su
hermana. Malina forcejeó y durante la lucha, una lámpara de aceite de
foca volcó, ensuciando las manos de Malina con la espesa grasa negra. Cuando la
diosa intentó en vano apartar a Anningan de su lado, ennegreció la cara
de su hermano con sus manos sucias y grasientas. Malina siguió huyendo
y corrió tanto como pudo hacia el cielo, donde se convirtió en el
Sol. Anningan, no mostrando ningún remordimiento por su crimen,
continuó persiguiéndola hasta el cielo, donde se transformó en la Luna. Esta
persecución eterna entre los dos hermanos explica que cada día, el Sol sea
substituido por la Luna en el firmamento. Pero de vez en cuando, el dios de la
Luna alcanza a la diosa del Sol y la viola otra vez, causando un eclipse
solar.
Anningan representado en una máscara. |
Anningan se
concentra tanto en su hermana, que a menudo se olvida de comer. Por lo tanto, a
medida que transcurren los días, se le ve más delgado, más fino debido a la
falta de alimento. Una vez al mes, la Luna desaparece durante tres días, momento
en el cual el dios Anningan puede comer. Pero transcurridos estos tres
días, el dios siempre vuelve para perseguir a su hermana. Así, es cómo la gente
inuit explica tanto las fases de la luna, como la aparición del Sol y de la Luna
en el cielo cada día.
Con este mito, la gente
inuit encuentra una explicación para varios fenómenos celestes, desde las fases
de la Luna, hasta los eclipses, pasando por la aparición del Sol y de la Luna
cada día en el cielo. Además, esta leyenda establece que, del mismo modo que el
Sol y la Luna, se odian, los sexos opuestos deben odiarse y debido a esto,
durante un eclipse solar, los hombres no deben salir de sus casas si no quieren
enfermar. Por otro lado, las mujeres no deben abandonar sus casas durante un
eclipse lunar. Los inuit creen que las enfermedades son enviadas
por Malina y Anningan sobre aquellos que les
ofenden.
Además, cuando un
hombre muere o una muchacha nace, el esquimal cree que hay un anillo alrededor
de la Luna que expresa la pena del dios de la Luna, Anningan. La diosa
del Sol expresa su felicidad para los mismos acontecimientos, apareciendo dos
veces en parhelio. El fenómeno del "Parhelion"es una ilusión óptica
causada por ciertas condiciones atmosféricas, que hace ver dos o más
soles.
AMARRES MALINA
AMARRES ANNINGAN