El Amaru o serpiente de Los Andes
Suele
ser representada como una serpiente de dimensiones descomunales, e
incluso alada y en muchas oportunidades bicéfala. En contraste a la
mitología judaica o sumeria, que en ambos casos roba la fuente de la
vida eterna, la serpiente no es el enemigo del hombre necesariamente.
Puede ayudarlo, o puede estar allí para ser portadora de malas nuevas.
En
el panteón indígena peruano encontramos a la serpiente como un ser
sagrado, que colabora con los dioses y habla con los humanos. El combate
del inca Mayta Capac es una de las descripciones más coloridas de la
conjunción de las tradiciones europeas y andinas que se hayan escrito
sobre la serpiente:
“Sucedióle
una vez que encontró en una montaña una serpiente tan fuera y terrible
que le causó temor, porque era tan grande como el mayor animal de la
tierra, tenía unas alas a la manera de murciélago, los brazos cortos y
muy gruesos con grandes uñas, la cual viendo al Inca se levantó en el
aire inficionados de juego y sangre los ojos, vibrando la lengua, de
vuelo quiso arrebatarlo con las uñas, mas él viéndose en este peligro,
cobrando ánimo no quiso aguardar el primer ímpetu porque se guareció en
la espesura del monte, donde la fuera con tremendo estrépito y ruido le
iba rodeando, dando tan espantosos silbos que atemorizaba toda la
montaña”
La
historia del encuentro del Inca con la Amaru termina con la victoria
del primero sobre la serpiente. Desde entonces, la derrota de la Amaru
significa una concesión de poderes de parte de esta a los seres humanos.
Los
directos herederos de la sabiduría ancestral incaica traen a su
disposición a fuerza telúrica de la Amaru, regalo de los dioses para
hacer la vida en la tierra más llevadera. Con el poder del Amaru todo se
puede. Los amuletos de Amaru le aseguran que la prosperidad la llevará
con usted siempre.
La
Amaru, poderosa hacedora, fue la encargada de hacer realidad la
aventura del dios Pariacaca. Conmovido por las lágrimas de la bella
Cuquisuso -quien a pesar de sembrar maíz no producía nada por la aridez
del terreno- y a cambio de un encuentro carnal con la bella, el Dios
prometió ayuda, la transformación de esos espacios baldíos en tierras
fértiles para el cultivo. Chuquisuso accedió a cambio de que la tierra
que sembrara sea bañada permanentemente por un río. El pequeño acueducto
del pueblo de Chuquisuso no se daba abasto para toda el agua que el
Dios planeaba destinar, por lo que tuvo que llamar a los pumas, zorros,
serpientes, pájaros y animales de todo tipo para que el agua pueda fluir
sin problemas. El zorro estropeó todo el trabajo en sus holgazanerías
habituales, por lo que Pariacaca tuvo que llamar al Amaru para que siga
trazando la acequia. Las labores concluyeron y el río fluyó con
normalidad, como lo hace hasta nuestros días.
Con
el poder del Amaru usted tendrá garantizada la tranquilidad y seguridad
que necesita, dígale adiós a las preocupaciones financieras, a los
robos. El hechizo de Amaru te protegerá con el poder de la incansable
serpiente alada.
consultas@donlinobrujopactado.com
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