lunes, 11 de noviembre de 2013

LA MEDICINA ANIMAL - LECCIÓN 2



Los poderes curativos de la medicina de los animales

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En la antigüedad un iniciado, un buscador, o una persona necesitada de consejo, acudía a los ancianos. Los ancianos eran habitualmente seis y se sentaban en el Norte. Los ancianos eran sabios, no solamente porque ha­bían vivido una larga vida, sino porque conocían los secretos interiores. Veían el rastro del lobo en la mente, guardaban experiencias de muchas vi­siones poderosas y poseían sus poderes y dones.

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Imagínate, si puedes, el fuego del consejo crepitando y seis ancianos sentados al Norte bajo una luna nueva creciente. La forma de la luna cre­ciente está dibujada en la Tierra con polen de maíz. Tres ancianos están sen­tados a la izquierda, si te acercas desde el Sur, y tres ancianas sentadas a la derecha. En la oscuridad los ancianos aparecen veteados por el fuego. Te sientas delante del hombre del centro. Sus intensos ojos parecidos a los de un pájaro te sujetan como un torno. Extiende una bolsa o zurrón cubierto de símbolos y dibujos alusivos al poder con flecos en el fondo.

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El hombre del centro te indica que introduzcas la mano. Lo haces. Ex­traes, quizás, un diente de lobo o una garra de oso. Te pide que sitúes el ob­jeto entre los dos en un punto concreto del suelo. Lo haces. Luego sacas otros objetos de la bolsa y los pones junto al primero. Cada posición o di­rección tiene un significado y cada objeto es una lección o un talento.

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La mujer del centro mira los objetos que has seleccionado y la configu­ración en la que los has dispuesto. Comienza a hablarte con una voz tran­quilizadora. Parece que lo sabe todo sobre ti. Parece que se introduzca dentro de tu alma. Es una guía y una consejera sabia. Puede decirte si, y cómo, te has apartado de tu sendero. Puede revelarte si una persona o fuer­za maliciosa te ha engañado y cómo lo ha hecho. Te puede aconsejar sobre cualquier problema de salud que puedas padecer. Puede guiar tu desarrollo espiritual. Te hace ver en tu interior como nunca antes lo habías hecho, y descubrirás la armonía con toda la creación. Te puede aconsejar sobre cual­quier cuestión. Cuando abandonas el consejo de ancianos, te sientes lleno de fuerza y capaz de enfrentarte a cualquier situación. Te sientes pleno

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La necesidad de este tipo de consejos aún existe hoy en día. Ésta es la función de estos naipes de sanación. Vivimos unos tiempos que se han ais­lado de la naturaleza y de la magia. Las Cartas Medicinales son un método para remediar esta falta de relaciones.

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Los nueve animales totémicos

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Cada persona tiene nueve animales de poder o totémicos, que repre­sentan la Medicina que llevan en su camino por la Tierra. Estos animales o seres vivos emulan las capacidades, los talentos y los retos de cada persona.

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Por ejemplo, si una persona está conectada con el Lobo como el animal de poder, esa persona es un maestro nato, guía, innovador y emprendedor. Esto no quiere decir necesariamente que la persona sea consciente de estos dones, o que los esté utilizando al máximo. Puede significar que el Lobo está para hacerle entender los talentos que necesita desarrollar. Si la perso­na ignora esos talentos se puede decir que el Lobo está invertido.

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Al inicio de este camino por la Tierra, hay siete direcciones que rodean al cuerpo físico. Estas direcciones son Este, Sur, Oeste, Norte, Arriba, Aba­jo y Dentro. La dirección llamada Dentro existe en el interior de uno mis­mo, pero también te rodea, ya que el universo entero se encuentra dentro de tu conciencia. Tienes un animal del tótem en cada una de las siete di­recciones que te enseñará la lección de esas direcciones. Para encontrar los animales totémicos, extiende las cartas, con la cara hacia abajo, delante tuyo formando un arco. En una hoja de papel anota la dirección del Este, por­que el Este es la «puerta dorada» o punto de entrada en el Escudo Medici­nal. Escribe Este, Sur, Oeste, Norte, Arriba, Abajo y Dentro en el lado iz­quierdo de la hoja de papel. Sosiégate y pide con reverencia que los seres vivos que son tus guías ayudantes silenciosos, guíen tu mano en las cartas. La primera carta será su animal del Este; la segunda carta que extraigas será tu tótem del Sur; y así hasta completar las siete direcciones. Anota los ani­males en la hoja al lado de las direcciones. El resultado puede sorprender­te, pero será el correcto. Aplicando este proceso intuitivo, como el buscador, entrarás en contacto con tus guías adecuados. Una vez hayas termina­do la selección de tus siete animales para las siete direcciones, no deberías repetir el proceso. Estos animales son tu Medicina.

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Los otros dos animales que hacen que el número de tus tótems sea nue­ve, son los que te acompañan a ambos lados en todo momento, y pueden haberte visitado en sueños durante años. Si no te han visitado en sueños, pueden ser animales por los que te sientas atraído pero que no han apare­cido entre los siete previamente seleccionados. Puede ocurrir que esos dos animales se te aparezcan más tarde, o cuando leas las cualidades de los ani­males en este libro sencillamente «conectes» con los dos que caminan a tu lado. Sin embargo, también es posible que no los encuentres en este texto. Pueden pertenecer a cualquier especie del reino animal de nuestra Madre Tierra. Uno de ellos podría ser una jirafa, un koala, una pantera o un mapache. Para entender mejor la Medicina de esos animales es aconsejable consultar un libro sobre sus hábitos y ver como sus características se pue­den aplicar al ser humano.

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Tus opiniones sobre ti mismo no se pueden interponer cuando escojas las cartas, por lo tanto tenderás a aprender más sobre tu verdadera natura­leza cuando sencillamente permitas que los animales se te acerquen.

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