LA MEDICINA ANIMAL - LECCIÓN 2
Los poderes curativos de la medicina de los animales
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En
la antigüedad un iniciado, un buscador, o una persona necesitada de
consejo, acudía a los ancianos. Los ancianos eran habitualmente seis y
se sentaban en el Norte. Los ancianos eran sabios, no solamente porque
habían vivido una larga vida, sino porque conocían los secretos
interiores. Veían el rastro del lobo en la mente, guardaban experiencias
de muchas visiones poderosas y poseían sus poderes y dones.
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Imagínate,
si puedes, el fuego del consejo crepitando y seis ancianos sentados al
Norte bajo una luna nueva creciente. La forma de la luna creciente está
dibujada en la Tierra con polen de maíz. Tres ancianos están sentados a
la izquierda, si te acercas desde el Sur, y tres ancianas sentadas a la
derecha. En la oscuridad los ancianos aparecen veteados por el fuego.
Te sientas delante del hombre del centro. Sus intensos ojos parecidos a
los de un pájaro te sujetan como un torno. Extiende una bolsa o zurrón
cubierto de símbolos y dibujos alusivos al poder con flecos en el fondo.
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El
hombre del centro te indica que introduzcas la mano. Lo haces.
Extraes, quizás, un diente de lobo o una garra de oso. Te pide que
sitúes el objeto entre los dos en un punto concreto del suelo. Lo
haces. Luego sacas otros objetos de la bolsa y los pones junto al
primero. Cada posición o dirección tiene un significado y cada objeto
es una lección o un talento.
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La
mujer del centro mira los objetos que has seleccionado y la
configuración en la que los has dispuesto. Comienza a hablarte con una
voz tranquilizadora. Parece que lo sabe todo sobre ti. Parece que se
introduzca dentro de tu alma. Es una guía y una consejera sabia. Puede
decirte si, y cómo, te has apartado de tu sendero. Puede revelarte si
una persona o fuerza maliciosa te ha engañado y cómo lo ha hecho. Te
puede aconsejar sobre cualquier
problema de salud que puedas padecer. Puede guiar tu desarrollo
espiritual. Te hace ver en tu interior como nunca antes lo habías hecho,
y descubrirás la armonía con toda la creación. Te puede aconsejar sobre
cualquier cuestión. Cuando abandonas el consejo de ancianos, te
sientes lleno de fuerza y capaz de enfrentarte a cualquier situación. Te
sientes pleno
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La
necesidad de este tipo de consejos aún existe hoy en día. Ésta es la
función de estos naipes de sanación. Vivimos unos tiempos que se han
aislado de la naturaleza y de la magia. Las Cartas Medicinales son un
método para remediar esta falta de relaciones.
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Los nueve animales totémicos
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Cada
persona tiene nueve animales de poder o totémicos, que representan la
Medicina que llevan en su camino por la Tierra. Estos animales o seres
vivos emulan las capacidades, los talentos y los retos de cada persona.
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Por
ejemplo, si una persona está conectada con el Lobo como el animal de
poder, esa persona es un maestro nato, guía, innovador y emprendedor.
Esto no quiere decir necesariamente que la persona sea consciente de
estos dones, o que los esté utilizando al máximo. Puede significar que
el Lobo está para hacerle entender los talentos que necesita
desarrollar. Si la persona ignora esos talentos se puede decir que el
Lobo está invertido.
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Al
inicio de este camino por la Tierra, hay siete direcciones que rodean
al cuerpo físico. Estas direcciones son Este, Sur, Oeste, Norte, Arriba,
Abajo y Dentro. La dirección llamada Dentro existe en el interior de
uno mismo, pero también te rodea, ya que el universo entero se
encuentra dentro de tu conciencia. Tienes un animal del tótem en cada
una de las siete direcciones que te enseñará la lección de esas
direcciones. Para encontrar los animales totémicos, extiende las cartas,
con la cara hacia abajo, delante tuyo formando un arco. En una hoja de
papel anota la dirección del Este, porque el Este es la «puerta dorada»
o punto de entrada en el Escudo Medicinal. Escribe Este, Sur, Oeste,
Norte, Arriba, Abajo y Dentro en el lado izquierdo de la hoja de papel.
Sosiégate y pide con reverencia que los seres vivos que son tus guías
ayudantes silenciosos, guíen tu mano en las cartas. La primera carta
será su animal del Este; la segunda carta que extraigas será tu tótem
del Sur; y así hasta completar las siete direcciones. Anota los
animales en la hoja al lado de las direcciones. El resultado puede
sorprenderte, pero será el correcto. Aplicando este proceso intuitivo,
como el buscador, entrarás en contacto con tus guías adecuados. Una vez
hayas terminado la selección de tus siete animales para las siete
direcciones, no deberías repetir el proceso. Estos animales son tu
Medicina.
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Los
otros dos animales que hacen que el número de tus tótems sea nueve,
son los que te acompañan a ambos lados en todo momento, y pueden haberte
visitado en sueños durante años. Si no te han visitado en sueños,
pueden ser animales por los que te sientas atraído pero que no han
aparecido entre los siete previamente seleccionados. Puede ocurrir que
esos dos animales se te aparezcan más tarde, o cuando leas las
cualidades de los animales en este libro sencillamente «conectes» con
los dos que caminan a tu lado. Sin embargo, también es posible que no
los encuentres en este texto. Pueden pertenecer a cualquier especie del
reino animal de nuestra Madre Tierra. Uno de ellos podría ser una
jirafa, un koala, una pantera o un mapache. Para entender mejor la
Medicina de esos animales es aconsejable consultar un libro sobre sus
hábitos y ver como sus características se pueden aplicar al ser humano.
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Tus
opiniones sobre ti mismo no se pueden interponer cuando escojas las
cartas, por lo tanto tenderás a aprender más sobre tu verdadera
naturaleza cuando sencillamente permitas que los animales se te
acerquen.
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