sábado, 23 de noviembre de 2013

Cuento Irlanda – El duende del telescopio



A Henry siempre le gusto ver las estrellas, en su telescopio.

Pero una mañana, cuando se levantó, fue al jardín. Comenzó a ver a travez del Telescopio, sobre el pasto. Alli pudo ver toda clase de insectos: hormigas, vaquitas de San Antonio y muchas mas.

Estaba muy concentrado conociendo ese hermoso y nuevo mundo. No podia creer lo que veian sus ojos! Del otro lado del telescopio dos ojos lo estaban mirando, con mucho detenimiento.

“¿Quien eres?”, le pregunto. “Si quieres saber quien soy, tienes que entrar al telescopio”.

Aunque no lo podia creer. Toco el telescopio y cuando se quiso acordar estaba deslizandose dentro de el. Cuando se dio cuenta, estaba fuera de el y en frente de un duende que lo miraba con ojos y anteojos grandes.

Bienvenido, le dijo. Este es mi mundo. Era increible lo que sus ojos veian. Mariposas, árboles, cascadas, bichitos de luz volando, colores que jamas habia visto.

El duende lo acompano y le presento a cada uno de ellos. Se sentaron juntos al borde de una cascada a charlar. Esto es increible, le dijo Henry. El duende le contesto, “aqui estas por tu deseo, tu alma pura, tu nino interior”. “Quedate con nosotros!” . “No puedo”,  le contesto Henry. Vivo con mi abuela que es muy mayor, yo la cuido. Ademas quiero que ella sepa sober ustedes, si es que le puedo contar que estuve con ustedes.

Por supuesto que puedes, si ella tiene viva a su nina interior, te creera. Sino no te sientas mal. Siempre tendras tu lugar aqui. zw

rmzwrm

Ya era tarde y Henry tenia que volver. Fue hasta su telescopio ingreso dentro de el terminó saliendo,  cayendo  sobre el pasto de su jardin.

Alli estaba buscandolo muy enojada su abuela. Henry donde estabas, le pregunto, en el jardin con los duendes. “Anda Henry”,  le contesto su abuela, “ellos no existen, ve adentro que tienes que bañarte”.

Henry entrando a la casa penso, lastima que mi abuela dejo de lado a su niña, pero yo me encargare de que vuelva a encontrarla.