LAS PLANTAS SAGRADAS
La
ingestión de sustancias alucinógenas es muy común en los ritos
tribales. En la mayoría de las etnias existen varias creencias que son
determinantes a la hora de hacer ofrendas a los dioses y de entrar en
conexión con las entidades del mundo espiritual, entre las que se
incluyen los antepasados, los seres de la naturaleza y todas entidades
que habitan en el mundo sobrenatural.
Esta
conexión se produce ya que la misma planta o plantas usadas con estos
fines son consideradas en si mismas como poseedoras de un espíritu
propio que es, el que una vezcontactado, facilita la comunicación con
los antepasados, con otros espíritus superiores e incluso con los
dioses.
Existe
también la creencia que los seres de la naturaleza distribuyen en cada
territorio las plantas sagradas que cada tribu utilizarán con estos
fines, de ahí que entre las diversas tribus se den ritos distintos y que
las plantas utilizadas cambien dependiendo de la ubicación de las
tribus y de las plantas que se encuentran más cercanas a sus
asentamientos.
Las
plantas sagradas no son consideradas por el indígena una droga o un
alucinógeno. Es exactamente un regalo que los dioses ponen a su
disposición para aliviarle de sus males y para permitir una comunicación
directa entre los humanos y las entidades que habitan en el más allá.
De esta manera la ayuda que proporcionan es completa, ya que aparte de
la sanación del cuerpo permiten también la visión sagrada y de esta
manera el chamán recibe los consejos que serán decisivos para el
equilibrio y el bienestar de la tribu.
Las
plantas sagradas no son cultivadas por la tribu. Estas crecen
libremente y es el chamán, profundo conocedor ancestral de sus
propiedades y utilización, el encargado de localizarlas, recolectarlas y
prepararlas para el rito en el que serán ingeridas. A veces este
proceso, es una verdadera peregrinación al lugar sagrado donde se
encuentran. La recolección y la preparación en sí ya forma en sí, otro
ritual completo que se va elaborando por medio de cantos, oraciones,
bailes y un complejo entramado de acciones que procuran el ambiente
adecuado para esta comunicación mística.
Hablar
de estas plantas como del uso de drogas o alucinógenos a los que
estamos acostumbrados hoy en día, como pueden ser los preparados
sintéticos o de laboratorio, es caer en la más profunda ignorancia en
cuanto a la compresión espiritual de las etnias tribales y de su entorno
místico, que en absoluto es primitivo, más bien habría que catalogarlo,
si es que eso es posible, como complejo y sofisticado para quién no
forme parte de sus tradiciones milenarias.
Las
plantas sagradas han sido desvirtuadas y profanadas por el hombre
blanco de todas las maneras posibles. En un principio las ha tachado de
diabólicas y cuando ha participado de ellas, las ha manipulado de tal
manera que ha cambiado su concepto, su utilidad y el fin para el que los
indígenas siempre las han utilizado: formar parte de su religión, de su
espiritualidad, de su medicina, de su tradición y de su identidad.