Magia Celta – Isla de Man / Una nueva forma de entenderla
Isla de Man
Situada
entre Irlanda e Inglaterra, y a menos de setenta kilómetros de cada
una de estas dos islas; llena de montañas sagradas, campos salpicdos de
menhires, círculos mágicos y cuevas tenebrosas, está la Isla de Man.
En ella
vivió el antaño Mananna Mc LLyr, brujo celta y Rey de la Isla, un
individuo sumamente poderoso. La gente que habita en la actualidad en la
Isla de Man, cree que duerma apaciblemente bajo un monte, en espera de
que un iniciado dueño de fabulosos dones halle el camino hasta él, y lo
despierte.
Se
sigue practicando en este lugar el culto a los antiguos dioses,
identificados con la naturaleza. Y se adora también el carnero de cuatro
cuernos, divinidad de los pastores y de la propia vida. A las reuniones
de brujos que se celebran en la isla acuden numerosos aradores, pero
también turistas por centenares.
Los
brujos consideran que sus prácticas son sanas, y que no hay que
realizarlas lejos de lo curiosos. Suele reunirse un grupo de fieles en
un molino habitado como templo; para rendir homenaje al dios Cernuno, el
más antiguo de los Celtas, cuya frente tiene una doble pareja de
cuernos, símbolo de la virilidad. Preside las ceremonias desde hace más
de veinte años Mónica Wilson, y las oficia desnuda portando sólo una
diadema, un collar y su jaretera de reina. Quienes creen que los actos
terminan en orgías, y en actos de adoración al diblo, tal como entiende
la Iglesia que es el diablo, comenten un error.
La
reina bruja explica que su culto es una auténtica religión, muy anterior
a cualquier otra, como la que practicaban los sacerdotes druidas, que
honraban a las fuerzas creadoras de la vida, unidas en una comunicación a
la vez física y espiritual. Esta religión recibe el nombre de Wicca,
palabra que significa sabiduría en la vieja lengua sajona, y en los
ritos que se celebran bajo su manto participan de manera importante el
amor físico y el erotismo en un plano elevando; difícil de comprender
por los profanos.
Los
brujos de la Isla de Man, celebran las danzas dedicadas a la fertilidad
desnudos, la mejor manera de desarrollar los poderes. Se convierten en
verdaderos faros psíquicos, gracias a los cuales los campesinos obtienen
mayores cosechas y los enfermos sanan antes. Además, la Gran
Sacerdotisa conoce bien las hierbas que curan, las invocaciones que
ahuyentan a los malos espíritus, y tiene el poder de disolver una nube y
de curar por el tacto.
Puede
concentrarse por medio de la mente en un enfermo y absorber los
sufrimientos de éste. Se dice que es tan grande el poder que pueden
tener los brujos de la Wicca que durante la II Guerra Mundial los 8.000
que hay en Inglaterra unieron sus fuerzas mentales en un intento por
influir en la de Hitler y disuadirlo de sus deseos de invadir la isla.
Utilizaron para ello el llamado Cono del Poder, que produjo tan
enérgicos traumas psíquicos que ocho miembros de la Wicca perdieron la
vida.