SHANGÓ
El más "popular" de los Orishas, Shangó gobierna los relámpagos, los
truenos, el fuego, los tambores y la danza. Es un orisha guerrero de
inteligencia o ingenio agudo, temperamento irascible y la personificación de la
virilidad.
Es la deidad del fuego, del rayo, del trueno, de la guerra,
de los tambores batá, del baile, la música y la belleza viril. Es el patrono de
los guerreros y las tempestades. Simboliza la energía, la creatividad, los
juegos, las especulaciones, el orgullo, la vanidad, la realeza, la diversión,
los deportes, los espectáculos, la masculinidad, la elevación, la gloria, la
fama y el poder.
Shangó tomó la forma del cuarto Alafín (Rey Supremo) de
Oyó en la tierra durante un tiempo. Esta casado con Obba, pero mantiene
relaciones amorosas con Oyá y Oshún. Shangó es un orisha extremadamente fogoso y
de voluntad fuerte, que ama todos los placeres del mundo: el baile, los
tambores, las mujeres, los cantos y la comida. Negoció el Tablero de Ifá con
Orunmila a cambio de la facultad del baile, sus hijos tienen una habilidad
innata para la adivinación.
Es ocanani con Elegguá, lo cual significa
que son de un mismo corazón. Cuando se contempla la rapidez con la cual el rayo
cae en un árbol, o con la que el fuego brama a través de un área, uno ha
presenciado el temperamento de Shangó en acción.
En reconocimiento de la
grandeza de este rey, todos en la religión se yerguen en la punta del pie (o se
levantan del asiento si están sentados), a la mera mención de su nombre.
Sus hijos se caracterizan por ser creativos, magnánimos, generosos,
alegres, divertidos, entusiastas, buenos organizadores, abiertos, con un
excelente sentido del humor, afectuosos, buenos amantes, sociables, brillantes,
optimistas, exitosos y líderes. También son orgullosos, personas inmaduras,
prepotentes, jactanciosas, egoístas, ególatras. Son envidiosos, vanidosos,
frívolos, tiranos, tienen gran necesidad de ser el centro y de brillar. Les
gusta poseer gloria y poder, dogmáticos, intolerantes y muy vagos.
Shangó
protege de las quemaduras y el suicidio por fuego.
Sus números son el
seis y cuatro. Sus colores son el rojo y el blanco.
A menudo se le
representa por un hacha doble.
Elegguá
Elegguá es
el dueño de los caminos, tiene las llaves del destino, abre y cierra las puertas
a la desgracia o a la Felicidad. Es el azar y la muerte. Elegguá se erige en la
encrucijada de los humanos y lo divino, pues él es el infantil mensajero entre
los dos mundos. En este papel, no es sorprendente que tenga una relación muy
estrecha con el orisha de la adivinación, Orunmila. Nada puede hacerse en
ninguno de los dos mundos sin su permiso.
Olofin le dio la potestad de
ser saludado y comer antes que el resto de los Orishas. Tiene 21 caminos y es el
amigo y protector de Oshún. Simboliza la iniciativa en los negocios, el
comercio, el trabajo, los viajes…
Sus hijos son personas muy
inteligentes, sociables, se adaptan fácilmente a todas las circunstancias de la
vida, elocuentes, amantes de los viajes y las aventuras. También son
extrovertidos, alegres, intranquilos, muy curiosos, saben hablar y convencen a
los demás con mucha facilidad. La gentileza los caracteriza, les gusta decir
mentiras, extremadamente indiscretos, estafadores, cambiantes constantemente,
nerviosos y son muy superficiales.
Protege contra los accidentes, riñas,
muertes por hemorragias de difícil contención, también las traiciones y las
enfermedades de la sangre. Es protector de las penas y miserias.
Se le
ofrenda aguardiente de caña, tabaco, maíz tostado, coco, pescado ahumado,
bollitos, jutía y pescado ahumado, manteca de corojo y de cacao y dulces de
todos los tipos. Una ofrenda muy especial es colocarle una cabeza de jutía o
sacrificarle un ratón.
Es reconocido por los números 3 y 21. Sus colores
son rojo y negro o blanco y negro, representación de la vida y la muerte, el
comienzo y el fin, la guerra y la
tranquilidad.
Oggún
Oggún es el dios del
hierro, la guerra y las reyertas.. El es el dueño de toda la tecnología, y como
esta tecnología forma parte de su naturaleza, es casi siempre utilizada primero
en guerras. Así como Elegguá abre los caminos, es Oggún el que limpia los
caminos con su machete.
Sus hijos se caracterizan por ser personas
emprendedoras, activas, con mucha vitalidad, con deseos siempre de combate, muy
apasionados, independientes, audaces, originales y aventureros. Gustan mucho del
desafío, impacientes, impulsivos, dominantes, irritables, violentos,
intolerantes, inconstantes, irreflexivos, bruscos y extremadamente agresivos. No
conocen nunca el miedo.
A Oggún se le reconoce en el número 7, y sus
colores son verdes y negros.
Las comidas que le pertenecen son el ñame
asado, nueces y judías blancas, aguardiente.
Protege contra la calentura,
todo tipo de operaciones y los daños producidos por metales ferrosos y
accidentes sangrientos.
Ochosi
Patrón de los que
tienen problemas con la justicia, es mago, adivino, guerrero, cazador y
pescador. Simboliza la amistad, la sed espiritual, las fraternidades, el amor
general, el esfuerzo de muchas personas, las revoluciones, las organizaciones
colectivas, el humanismo, el altruismo, la unión de los hombres, el desarrollo
tecnológico y el progreso. También la cooperación, la ayuda mutua entre los
pueblos, la solidaridad, lo novedoso, los inventos, lo inconvencional, la
libertad y las sociedades.
Sus hijos se caracterizan por ser muy
amistosos, humanitarios, respetuosos con el esfuerzo de los demás,
intelectuales, de mucho ingenio, tolerantes, individualistas, siempre se
encuentran de parte del progreso, creativos e independientes. También son
rebeldes, desprecian las normas tradicionales, su tacto es muy fino,
desordenado, terco e inconstante. Resaltan por su tolerancia, lealtad, mente
científica y la imprevisión
Ochosi es el tercer miembro del grupo de
orishas conocido como Guerreros, y es recibido junto con Elegguá, Oggún y Ozun
para proteger al iniciado, y así abrir y limpiar sus caminos.
Sus
colores son azul y ambar.
Obbatalá
Es la
deidad pura por excelencia, dueño de todo lo blanco, de la cabeza, de los
pensamientos y de los sueños. Es misericordioso y amante de la paz y la armonía.
Dirige las buenas conductas y es capaz de aplacar a los Orichas cuando están
furiosos
Obbatalá es el padre bondadoso de todos los orishas y de la
humanidad. Es el único orisha que tiene caminos masculinos y femeninos. Es
también el dueño de todas las cabezas y las mentes.
Aunque fue Olorun el
que creo el universo, Obbatalá fue el creador del mundo y de la humanidad.
Obbatalá es la fuente de todo lo que es puro, sabio, apacible y compasivo. No
obstante, el tiene un aspecto guerrero a través del cual impone justicia en este
mundo.
Tiene 24 caminos. Simboliza la justicia, el equilibrio, el
principio, los acuerdos, las relaciones, la belleza, la cultura artística, el
refinamiento, el otoño, la diplomacia y los contratos…
Sus hijos se
caracterizan por ser hábiles en las relaciones interpersonales, cooperativas,
sociables, delicadas, refinadas, con gran sensibilidad hacia el arte,
preocupadas por todos. La relación de pareja le resulta extremadamente
importante y siempre busca llegar a la estabilidad de la misma. Son muy amables,
mediadores, pacificadores, coquetos, perezosos, indolentes, temen comprometerse
en situaciones complicadas donde tengan que tomar partido. También son apáticos,
miedosos y siempre se encuentran ávidos de ser admirados por los
demás.
Las aflicciones que protege son la ceguera, parálisis y la
demencia.
Su color es blanco, al cual a veces se le da realce con rojo,
morado u otros colores para diferenciar sus diferentes caminos.
Oyá
Oyá es la soberana de los vientos, el remolino y las
puertas del cementerio, el cual le da el título de Yansa o "Madre del Nueve", en
el cual ella gobierna a Eggún o los muertos. Es una guerrera feroz que cabalga a
la guerra con SHANGÓ (comparte los relámpagos y el fuego con SHANGÓ) y fue en
una ocasión la esposa de Oggún.
Su número es el 9. Sus colores son
marrones o castaños, diseños floridos y nueve colores
diferentes.
Oshún
Oshún es la dueña de la belleza,
del amor, la feminidad y del río. Es la coquetería, la gracia y la sexualidad de
la mujer.
Es capaz de resolver o provocar riñas entre los hombres y los
Orishas. Simboliza la maternidad, los partos y embarazos en los cuales participa
es acompañada de Yemayá. También es la patria, la casa, la cocina, las masas,
las mujeres, los ríos, el sentimiento y la imaginación.
Sus hijos se
caracterizan por ser maternales, hospitalarios, caritativos, compasivos,
receptivos, ahorrativos, poseen una memoria excelente, muy sensibles,
románticos, excelentes anfitriones, generosos y solícitos. También son
protectores, patrióticos, introvertidos, pero no mucho. Muy emotivos,
susceptibles, hipersensibles a las críticas, variables, caprichosos, rencorosos,
tímidos, fantasiosos, imaginativos, resentidos, lunáticos, perezosos, débiles,
tacaños, celosos, gustan de las exquisitas comidas y sienten con frecuencia el
sentimiento de inferioridad.
Oshún reina las aguas dulces del mundo, los
arroyos, manantiales y ríos, personificando el amor y la fertilidad. Acudimos a
ella en busca de ayuda en asuntos monetarios. Es la mas joven de los orishas
femeninos, pero retiene el titulo de Iyalorde o Gran Reina. Oshún cura con sus
dulces aguas y con la miel.
Una vez salvo al mundo seduciendo a Oggún
para que saliese de los bosques, utilizando todas sus artes femeninas para ello.
Y, en otro de sus caminos (Ibu Kole), salvo al mundo de la sequía volando hasta
el cielo ( como buitre ). Ikole significa "Mensajera de la Casa" (de
Oloddumare). Por esta razón, todos los que son iniciados como sacerdotes, sin
importar cual sea el orisha que rija su cabeza, deben ir al río y darle cuenta a
Oshún de lo que van a hacer. Los pavos reales y los buitres son suyos, y
frecuentemente los utilizamos para representarla.
Su número es el cinco.
Sus colores son amarillo, los coralinos,
oro.
Yemayá
Es la madre de la vida. Se considera la
madre de todos los Orishas. Es la dueña de las aguas y representa al mar, fuente
de la vida ( domina la maternidad en nuestras vidas y es la Madre de
Todos).
Fue mujer de Babalu Ayé, de Algayú, de Orula y de Oggún. Amante
de la caza y de manejar el machete. Es indomable y astuta. Simboliza la
perfección, la laboriosidad, las ocupaciones secundarias, el mar y sus
misterios, las profundidades del océano, el servicio, la salud, la eficiencia y
los animales domésticos.
Yemayá vive y reina en los mares y los lagos. Su
nombre, una versión corta de Yeyé Omó Eja significa "La Madre cuyos Hijos son
los Peces", nombre que refleja el hecho de que sus hijos son innumerables.
Toda vida comenzó en el mar, el liquido amniótico dentro del vientre de
la madre es una representación del mar, donde el embrión se debe transformar y
evolucionar en forma de pez antes de convertirse en un bebe humano. De esta
forma Yemayá se revela a si misma como la verdadera madre de todos.
Ella, y la raíz de todos los caminos o manifestaciones, Olokun, es la
fuente de todas las riquezas, las cuales Yemayá liberalmente entrega a su
pequeña hermana Oshún.
Se viste con siete faldas o sayas azules y
blancas y, como los mares y lagos profundos, ella es profunda y desconocida. En
uno de sus caminos es la reina de las brujas, llevando dentro de ella secretos
profundos y oscuros.
Las aflicciones de las que protege son las relativas
al vientre de las personas en la que el daño o muerte se produce a través del
agua dulce o salada, lluvia o humedad.
Su número es el siete, y colores
azul, blanco.
Orunmila
Orunmila es el orisha de la
sabiduría y la adivinación. Fue el único orisha al que se le permitió ser
testigo de la creación del universo por Olorun, y se comporta también como
testigo de nuestros destinos en desarrollo.
Este es el origen de su
titulo de Elerí Ipín, o "Testigo del Destino en su Creación". Sus sacerdotes,
los babalawos o "Padres de los Secretos", deben dedicarse enteramente a la
práctica de la adivinación y las artes relacionadas. A través del Tablero de
Ifá, sus sacerdotes desvelan los secretos del universo y los secretos del
despliegue de nuestras vidas.
Sus colores son el verde y el amarillo,
los cuales reflejan la relación de Orunmila con Ozaín (los secretos del mundo de
las plantas) y con Oshún, la cual es su apetebbí, con la cual el sostiene una
relación extremadamente cercana.
Orunmila es sabiduría y Oshún es
conocimiento, pues la sabiduría sin el conocimiento es ineficaz, y aquel que
tenga conocimiento sin sabiduría es un peligro para si mismo y para otros.